viernes, 4 de enero de 2008

Mujeres Desesperadas, temporada 2


Las cuatro vecinas siguen haciendo de las suyas en Wisteria Lane. Pero tristemente, el humor cínico y maléfico que caracterizaba a la primera temporada (y del que siguen apareciendo algunas pinceladas en ésta) se ve superado por un mayor componente dramático y culebronesco.
Y es una pena. Los personajes están muy bien definidos y todos --la robótica Bree, la patosa Susan, la superficial Gabrielle y la estresada Lynette-- encajan bien en la historia; pero con el paso de los capítulos se van volviendo previsibles, y los toques de humor --por anticipados-- menos divertidos.

La pregunta que continuamente nos hacíamos durante la primera temporada --¿por qué se suicido Mary Alice?-- no encuentra una fiel heredera, aunque no le falten candidatas: ¿quienes son los misteriosos vecinos nuevos, y qué son esos extraños sonidos que salen de su sótano? ¿Hasta dónde estará dispuesto a llegar el farmacéutico George para ganarse a Bree?; ¿Dónde está Paul Young, y qué pasa con su hijo Zach?...La lista es interminable, y todas tienen algo en común: no son especialmente interesantes.

Hay capítulos en que te quedas con la sensación de estar leyendo un dramón de John Steinbeck en lugar de ver una "comedia": ¿cómo es posible que en una misma calle ardan casas, se fuguen hijos, haya asesinatos e incontables infidelidades, en un plazo inferior a una semana?

Creo que la serie es salvable, y confío en que en la tercera temporada, con la renovación de los personajes auxiliares se vuelva al espíritu de la primera temporada: humor inteligente y mordaz, maldad vecinal y misterios inescrutables.

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