jueves, 28 de febrero de 2008

Microrrelatos

La escuela de escritores organiza junto con la cadena Ser un concurso de microrrelatos. Las reglas son muy sencillas: cada semana, se participa con un relato de no más de 100 palabras, empezando por la última frase del relato de la semana anterior.

Parece divertido, ¿no? . Para que os hagáis una idea, esta semana se empieza con "No hasta que por fin me haya mordido.". Y sin más preámbulos, hay va mi minicreación, un tanto ida de olla:
No hasta que por fin me haya mordido.
No hasta que escuche el familiar chasquido de sus blancos y puntiagudos colmillos al perforar mi yugular.
No hasta que note el efecto narcótico de su saliva fluyendo por mis venas.
No hasta que recupere mi compostura y pueda volver a pensar.

Entonces, cuando su sed esté saciada y el sopor empiece a adueñarse de su diabólico ser, se lo diré:

—Margoth, quería decirte una cosilla...
—ummmm?
—es muy importante, de verdad.
—quieres dejameeeé doormiiiiir.
—Es que...tengo el SIDA.
—Umn, ¿QUEEEEEEEEE?
—Anda, espabila un poco y pasamé una tirita.
No me van a dar el Planeta, pero me he reído mucho escribiéndolo. ¿Te unes la semana que viene?

lunes, 25 de febrero de 2008

La vida y la época de Felipe II

A cualquier amante de la historia de España obligatoriamente le interesará la figura de Felipe II, el monarca que dirigió el país en su momento de mayor esplendor imperial. Sus decisiones políticas originaron que España se convirtiera en la más poderosa potencia militar de la época, así como el inicio de una decadencia que sólo en los últimos decenios ha cambiado de curso.

La vida y la época de Felipe II es una pequeña biografía sobre el heredero de Carlos I, escrita de forma amena e imparcial por José Tomás Cabot.

Felipe II nació en 1527 en Valladolid, y estaba destinado a heredar el trono imperial de su padre, Carlos I. Éste, le aconsejaba así como debería reinar:

"...sed tranquilo y mesurado. No hagáis nunca nada bajo los efectos de la cólera..."

Al alcanzar el trono en 1556, el joven Felipe tenía una ardua tarea por delante: mantener el legado de su padre en Italia y los Países Bajos, luchar contra la corriente reformista que sufría el cristianismo, moderar el creciente poder de los Otomanos y conservar y aumentar los dominios de ultramar. Todo ello enfrascado en la eterna pelea con las siempre hostiles Francia e Inglaterra.

Aunque conocida, no deja de impactar la importancia de la diplomacia familiar de la época --un matrimonio servía más para determinar las fronteras y las relaciones internacionales que las interminables guerras continentales: Felipe II estuvo casado con la reina de Inglaterra y con la hija del rey de Francia. También estuvo casado con su sobrina, Ana de Austria (en aquella época tristemente se desconocían los efectos de la consanguiniedad, lo que padecerían los pobres súbditos de los Austrias menores en el siglo XVII).

Las enormes cantidades de metales preciosos con las que llegaban cargados los galeones de las Indias se destinaban casi en su totalidad a pagar a un ejército de mercenarios, que, si bien logró importantes victorias como la batalla de Lepanto o la de San Quintín, no puede decirse que éstas redundaran mas que en algo de gloria y un derroche continuo de vidas y plata.

Cabot nos dibuja a un hombre solitario, desconfiado, inteligente, rencoroso, trabajador, detallista y obsesionado por conocer lo que hacían todos sus aliados y rivales. No supo escoger demasiado bien a sus consejeros (por ejemplo, la mano dura del intolerante Duque de Alba aceleró la hostilidad y resentimiento de los Países Bajos), e incluso recurrió al asesinato de su asesor Escobedo a sangre fría.

El libro se lee muy a gusto, y sólo se echa en falta más contenido sobre las Indias y la política colonial (sólo se tratan como fuente de metales preciosos).

Felipe II poco antes de morir en 1598, al igual que había hecho su padre, le entregó una serie de consejos a su hijo, el debilucho Felipe III:


"Oír misa todos los días..., frecuentar los sacramentos de la penitencia y la eucaristía al menos una vez por semana..., recogerse en la meditación dos horas cada día y hacer examen de conciencia todas las noches..., defender la religión aun a costa de perder el trono..."

Pobres españoles. Que malos siglos os esperaban...

domingo, 24 de febrero de 2008

Girls against boys en Gruta 77


Girls vs boys, de New York City, tocaron anoche en el Gruta 77.

Y allí estuvimos, en primera fila, soportando los empujones pogueros que llegaban desde atrás, y esquivando el torrente de sudor de Scott McCloud, el cantante y guitarrista del grupo.

Tantos riesgos no fueron en valde, visto el grandioso espectáculo musical sonoro al que asistimos.

Girls vs boys hacen posthardcore cañero, y tienen la particularidad de tocar con dos bajos. El resto de la formación lo integran el mencionado Scott y Alexis Fleisig, el virtuoso y frenético batería. El resultado final es ruido, mucho ruido. Pero no un ruido cualquiera. Las diferentes distorsiones de los bajos (muy diferentes entre sí), la estridente guitarra y la batería psicópata, junto con una voz que entra de puntillas, como no queriendo llamar demasiado la atención, conforman un efecto sonoro fascinante.

Y el entregado público, lo sintió. La gente gritaba, bailaba, saltaba y reía, y los propios Girls se contagiaban de la euforia, realimentando el ciclo (no puedo evitar compararlo con el concierto de los British Sea Power). Tocaron unas 18-20 canciones, con dos bises y una versión del She's Lost Control de Joy Division.

Gruta 77 es un local pequeño, ideal para ver conciertos de este tipo (seguramente mis castigados oídos no piensen lo mismo). En fin, que todo se juntó para que el de ayer fuera, sin duda, el mejor concierto de lo que va de 2008. A ver quien lo supera...

viernes, 22 de febrero de 2008

Los Tudor, temporada 1

Los integrantes de cúpula política, militar y eclesiástica de la sociedad se aman y se odian, se cuidan y se envenenan, se alían y se traicionan, conspirando para conseguir sus fines sin preocuparse demasiado de las consecuencias de sus actos. Actos que, de una forma u otra, acaban determinando el futuro de Occidente.

Parece Roma, ¿verdad? Pues, como sabréis por el título de esta entrada, se trata de la coproducción irlandesa-canadiense Los Tudor. Y al igual que Roma, la serie coloca al espectador en los palacios y salones de los poderosos de la época (en este caso, la Inglaterra preimperial de Enrique VIII), ayudando a entender las decisiones tomadas por éstos y los motivos que las originaban: el poder absoluto y la fascinación de los hombres por el mismo --no es difícil aquí hacer la analogía entre Julio César y Enrique VIII-- y el amor y la lujuria --cambiando la enigmática figura de Cleopatra por la sugerente y maliciosa mirada de Ana Bolena.

Pero no todo son parecidos. El peso de la religión --como corresponde a la época-- es mucho mayor en los Tudor, con una Europa dividida entre católicos y protestantes, e Inglaterra a punto de seguir su propio camino alejada de la inferencia terrenal del Papa. También juega un mayor protagonismo la política internacional, la diplomacia y la lucha de poder entre los diferentes estados europeos.

La serie está muy bien hecha. Mención especial merece el cuidadísimo vestuario y la decoración (no tanto los cantosos planos panorámicos de palacios y castillos generados por ordenador), el realismo y fuerza de los personajes (que grande, Cardenal Wolsey) y la interpretación de los actores (impresionante Maria Doyle Kennedy como Catalina de Aragón, con un más que pasable castellano).

Aunque los guionistas se tomaron algunas licencias históricas --no me imagino a Carlos V viajando a Inglaterra a pactar con Enrique VIII-- la serie es bastante fiel a la realidad. El único pero es el fuerte componente culebronesco: culebrón histórico, trabajado y estéticamente atractivo...pero culebrón. Tampoco hay demasiadas escenas de exteriores, aunque --y volvemos a Roma-- casi que mejor así, a ver si no se dispara el coste de producción y podemos tener varias temporadas de esta magnífica serie.

lunes, 18 de febrero de 2008

Los mejores álbunes británicos de la historia

Hoy venía un curioso artículo en El País mostrando los resultados de una encuesta elaborada por HMV y la revista de música Q de los mejores discos británicos de la historia.

El resultado no podía ser más sorprendente: Definitely Maybe y What's the Story (Morning Glory) de Oasis acaparan los dos primeros puestos. Luego OK Computer de Radiohead, mucho Beatle, Rolling Stones, etc.

¿Cómo pueden estar esos dos discos los primeros? A ver, son bastante correctos, y seguramente deberían estar entre los 50 primeros. ¿Pero los primeros? ¿De la historia de la música del país que inventó el pop?

También me sorprende la aparición de varios discos de Coldplay, Manic Street Preachers, Keane (mucha influencia moña en esta lista) y los decentes pero para nada geniales Artic Monkeys .
En fin, cada uno tiene sus gustos, y hay que respetar los resultados de la encuesta. Ahí va, a bote pronto, una lista rápida de mis 10 álbunes británicos favoritos:
  1. The Stone Roses - Stone Roses
  2. The Cure - Disintegration
  3. The Cure - Seventeen Seconds
  4. Blur - Parklife
  5. Sex Pistols - Nevermind The Bollocks
  6. The Smiths - The Queen Is Dead
  7. Bloc Party - Silent Alarm
  8. The Stone Roses - Second Coming
  9. Joy Division - Unknown Pleasures
  10. New Order - Technique

Y tú, ¿qué dices?

domingo, 17 de febrero de 2008

Tarik y la Fábrica de Colores


Otro fin de semana, otro concierto: Tarik y la Fábrica de Colores en el Neu!Club.

No toda la música buena tiene que ser anglosajona. También hay buenas bandas en España, y concretamente en Córdoba. Tariq y la Fábrica de Colores, que sacaron su primer disco allá por 1990, vuelven a los escenarios presentando su último trabajo "El Hueso y la Carne".

Se nota que son perros viejos: muchas tablas, sonido contundente, guitarras sólidas y batería frenética. Junto a canciones del último disco, tocaron gran parte del disco anterior --enlazando en un maravilloso continuo Vengan los Amantes, Porque es Domingo y A Balón Parado-- y algún gran éxito del pasado.

Como artistas invitados huvo colaboraciones de Clovis y de la cantante de Underwater Tea Party en una impresionante interpretación de Velvet Suicide.

El final (con bises, claro) llegó de la única forma posible: Entonces Por Qué.

viernes, 15 de febrero de 2008

British Sea Power


British Sea Power, el original grupo de Brighton, tocó el pasado fin de semana en el Cafe de la Danse de París, y allí que estuvimos para presenciar su actuación.

Más que del concierto en sí, voy a hablar de lo diferente que es la experiencia de ir a un concierto en Francia respecto a España.

El recinto parecía una sala de multicines moderno, con asientos escalonados y poco espacio libre delante del escenario. Para variar, llegamos tarde (aunque oyendo al personaje que hacía de telonero, no nos arrepentimos), y nuestro shock fue tremendo: sala oscura, todo el mundo sentado y la misma animación que te puedes esperar viendo Los Puentes de Madison (mira la foto, y comparala con las del concierto de los Charlatans)

Entonces descubrimos el bar. Situado perpendicular al escenario, y por encima de éste, permitía compaginar el presenciar el espectáculo con el consumo de cerveza (que además, a 6 euros la pinta, no era demasiado cara comparado con Madrid). También pudimos ver la parte de atrás del escenario, con los espectaculares juegos de pedales y las listas de canciones que iban a tocar (16 canciones y 2 bises).

La actuación propiamente dicha estuvo muy bien: repasaron canciones de sus tres discos y pudimos disfrutar desde la distorsión pixera de Apologies to Insect Life hasta la profunda intensidad de No Lucifer. La formación del grupo la integraban dos guitarras, un órgano con sampleados de trompetas en directo, bajo, batería y hasta un violín. Como siempre, a medida que el número de músicos aumenta, se disparan las sutilizas sonoras y la experiencia global alcanza una nueva dimensión mucho más atractiva.

Tras apurar la última cerveza, decidimos bajar a "la bulla", si es que se puede llamar así a 5 o 6 filas de educados franceses escuchando la música conforme asentían suavemente con la cabeza. Aquí comprobé otra diferencia con España: la música estaba muy baja, y aunque estuvimos al lado del bafle no tuve el clásico zumbido de oídos al día siguiente.

Al pasar y pasar las canciones, el público no se animo demasiado, y el concierto llegó a su fin. Los British se retiraron y ni siquiera salieron a por los bises. Con semejante atmósfera, no me sorprende.

martes, 12 de febrero de 2008

Las dos caras de Francia

Hoy he vuelto de París, tras un largo fin de semana de turismo. Y al igual que hace unos meses, quiero opinar sobre algunas curiosidades del país vecino. Pero esta vez, más que de costumbres pintorescas o aficiones simpáticas, me voy a centrar en algo más importante: la propia identidad de Francia como país, y de sus gentes como ciudadanos.

Si hay algo --sobre todo en comparación con los españoles-- que son los franceses es civilizados. Cuidan mucho las formas en el lenguaje (hipocresía, ¿quizás?), son muy educados y, en general, bastante amables. Y sobre todo alcanzan logros colectivos como sociedad que a nosotros nos quedan bastante lejos. Dos ejemplos concretos:
  • El uso de las bicicletas en la ciudad, con miles de kilómetros de carril bici y el sistema de velib de bicicletas públicas para intercambiar. Es una maravilla, y te permite desplazarte por toda la ciudad de forma muy rápida, relativamente segura y ecológica. ¿Es viable esto en , por ejemplo, Madrid? Pues no lo creo, por lo menos a corto plazo. Cuando, tristemente, empiecen a morirse niños y ancianos por la contaminación, a lo mejor se hace algo.
  • La prohibición del tabaco en los bares. Sí, eso. Y bien hecho, no con salas habilitadas que nadie cumple, ni tamaños mínimos ni nada de nada. No se puede fumar en los bares. En ninguno. No os podéis imaginar la sensación de no oler a humo por la mañana al acercarse a la ropa de la noche anterior. Me va a costar volver a adaptarme a la noche madrileña (pero lo conseguiré).
¿Es ese nivel de concienciación colectiva de la sociedad francesa alcanzable por la española? ¿O simplemente somos más "antiguos"? Me gustaría creer que es cuestión de tiempo, y que en unos años llegaremos al mismo nivel...

El lado contrario es la sumisión que muestran los franceses ante las extorsiones huelguistas. Esta semana hay huelga de controladores en París, y como tenía que ser, nos ha afectado. Teníamos vuelo para ayer y fue cancelado, habiendo tenido que coger el primer vuelo de la mañana tras un madrugón de pelotas.

Y diréis, "pero bueno, ¡como si aquí no hubiera huelgas de controladores!". Y efectivamente las hay, pero son más bien acciones aisladas, no continuos ejemplos de una mentalidad diferente. La huelga de taxistas de la semana pasada, la huelga de trenes de hace unos meses que paralizó el país, las huelgas de transportistas de todos los otoños,...la lista sigue y sigue. En el fondo, todo se reduce a una aprobación de los franceses hacia la protesta en la calle. Sea justa o injusta, se tiende a darle el beneficio de la duda.

Tras años y años de extorsiones diseñadas para maximizar el daño a la sociedad en su conjunto por parte de una minoría por obtener más privilegios (que es a lo que se reducen una buena parte de las huelgas), parece ser que algo ha cambiado, y que en algunos casos como la huelga de trenes la opinión pública estaba en contra de los huelguistas. Habrá que ver. Esperemos que, por el bien de Francia, esto también vaya cambiando.

¿Son estos ejemplos las dos caras de una misma moneda? ¿Es necesario llevar hasta tales extremos la "lucha" social contra los "privilegiados" para tener una mentalidad que se preocupe por el bien público y considere los daños a terceros a la hora de tomar sus decisiones colectivas? Tristemente, no soy yo el que tiene respuesta a estas preguntas.

jueves, 7 de febrero de 2008

The Charlatans y We Are Balboa en la Joy Eslava

El martes asistimos al concierto que dieron los madrileños We Are Balboa, y el mítico grupo de sonido Manchester The Charlatans.



A We Are Balboa no los conocía (tantos y tantos grupos por escuchar!), y han sido un buen descubrimiento. Sonido nítido, bastante contundente, adornado por la dulce voz de la cantante. Además, para variar, se agradece un grupo que hace buena música y la cantante está de buen ver. Por ponerle algún pero, me parecieron muy parecidas todas las canciones, sin ese toque único que se puede apreciar en los grandes grupos cuando los escuchas por primera vez. Tocan en abril en el Moby Dick, así que habrá que llegarse por allí.

The Charlatans es un grupo que siempre me ha gustado, desde que empezaron allá por 1990. Aunque tienen un estilo único y muy reconicible (la melódica voz de Tim Burgess, los órganos psicodélicos, y el ritmo de las canciones se idenfitican a kilómetros), tienen una gran variedad dentro de su repertorio.



En el concierto tocaron la mayoría de sus grandes éxitos, logrando un sonido muy parecido al de sus álbunes de estudio. Empezaron con el primer single de su nuevo album You Cross My Path (que te puedes descargar gratis aquí), y terminaron, una hora y cuarto después, con una espectacular versión alargada de Spronton Green. El Tim es un tío curioso en el escenario, con su infantil baile dicharachero, y sus gestos teatreros.



Aunque se echó de menos una mayor interacción con el público, y alguna variación más en las canciones, la actuación no me defraudó. Fue 100% Charlatans, y para los que nos encanta como suenan fue una experiencia muy edificante.

Más fotos

lunes, 4 de febrero de 2008

Mountain Bike en Trassierra

Trassierra, todavía dentro del municipio de Córdoba, es una zona perfercta para irse con la bici. Hay muchos caminos, el paisaje es espectacular y se pueden hacer rutas de dificultad muy variada.

El otro día subimos al Puerto Artafi, entre alcornocales y castañales. Para llegar, simplemente hay que desviarse a la izquierda poco después de empezar la bajada a Trassierra, pasando el cruce para las Ermitas. Una vez allí la ruta está muy bien señalizada, y si nos perdemos seguro que encontramos algo que merece la pena. Os dejo con una selección de las fotos de la jornada.













domingo, 3 de febrero de 2008

El Cura

El padre Bryce es cínico, inteligente, pederastra y moralista. O lo era hasta que, sobornado por un antiguo monaguillo que fue víctima suya, se ve obligado a tatuarse un gigantesco rostro de satán en el pecho. Y esta acción abre una especie de puerta temporal con la Francia del siglo XIII, la inquisición y la herejía. En su oscuro viaje el padre no sólo descubre los horrores cometidos en nombre de la Iglesia, sino que también libera a un sádico obispo medieval --Silvanus-- en la época actual.

Con este original y aparentemente interesante argumento Thomas M. Disch no consigue camuflar lo que, para mi, es su verdadero objetivo con este libro: dar salida a su odio hacia la institución de la Iglesia Católica, a su hipocresía y a su doble moralidad. Y lo hace con incesante martilleo de estadísticas (según algún personaje del libro 40-50% de los sacerdotes son gays), un incontable elenco de curas corruptos (sólo se salva uno), y una exposición continua de la dudosa actitud de la Iglesia Católica en temas controvertidos como el aborto, el uso de los preservativos, la eutanasia, etc.

El libro no es especialmente divertido, y tengo que reconocer que me ha costado terminármelo. En ningún momento he estado enganchado y ha habido días en los que no he leído nada (lo cual habla muy mal del libro, siendo como soy un lector compulsivo). El lenguaje es a veces farragoso y difícil, y tanto cambio de protagonistas y de épocas hace que sea difícil de seguir.

Aunque hay pasajes que se salvan, como el choque cultural de Silvanus al verse encerrado en la "gomorra" que supone la época actual, El Cura es un libro que harás bien no leyéndote. Estas avisado.

sábado, 2 de febrero de 2008

Escalando...sin ver

En el rockódromo se lo pasan muy bien. Si hay algo que los profesores tienen en común es la capacidad de puteo y lo retorcido de sus ideas. Al principio pensé que, tras unos meses, la pared se quedaría pequeña y habría que buscarse otra cosa. Je, je, que equivocado estaba.
Aquí va un ejemplo: escalando con los ojos vendados.



¿Con que ensortijada y diabólica trama nos sorprenderán la semana que viene?