domingo, 3 de febrero de 2008

El Cura

El padre Bryce es cínico, inteligente, pederastra y moralista. O lo era hasta que, sobornado por un antiguo monaguillo que fue víctima suya, se ve obligado a tatuarse un gigantesco rostro de satán en el pecho. Y esta acción abre una especie de puerta temporal con la Francia del siglo XIII, la inquisición y la herejía. En su oscuro viaje el padre no sólo descubre los horrores cometidos en nombre de la Iglesia, sino que también libera a un sádico obispo medieval --Silvanus-- en la época actual.

Con este original y aparentemente interesante argumento Thomas M. Disch no consigue camuflar lo que, para mi, es su verdadero objetivo con este libro: dar salida a su odio hacia la institución de la Iglesia Católica, a su hipocresía y a su doble moralidad. Y lo hace con incesante martilleo de estadísticas (según algún personaje del libro 40-50% de los sacerdotes son gays), un incontable elenco de curas corruptos (sólo se salva uno), y una exposición continua de la dudosa actitud de la Iglesia Católica en temas controvertidos como el aborto, el uso de los preservativos, la eutanasia, etc.

El libro no es especialmente divertido, y tengo que reconocer que me ha costado terminármelo. En ningún momento he estado enganchado y ha habido días en los que no he leído nada (lo cual habla muy mal del libro, siendo como soy un lector compulsivo). El lenguaje es a veces farragoso y difícil, y tanto cambio de protagonistas y de épocas hace que sea difícil de seguir.

Aunque hay pasajes que se salvan, como el choque cultural de Silvanus al verse encerrado en la "gomorra" que supone la época actual, El Cura es un libro que harás bien no leyéndote. Estas avisado.

1 comentario:

Zelloss dijo...

pena... tal como empezaste prometia.