domingo, 11 de noviembre de 2007

Wilco

Wilco visitó la Riviera el pasado viernes, y allí estuvimos para disfrutar del espectáculo.

Cuando oyes un disco del sexteto de Chicago por primera vez puedes pensar que son un poco moñas. Sin embargo, a medida que los escuchas y descubres su distorsión guitarrera y sutilezas instrumentales seguro que cambias de opinión. Y por supuesto, cuando los ves en directo cualquier rastro de moñería se desvanece por completo.


No esperaba tanta expectación (muchísima gente desconoce a Wilco, pobrecitos), pero al llegar a la sala y ver la cola de gente y los reventas merodeando por allí como carroñeros al acecho de entradas de sobra para revender se vio lo equivocado que estaba.

El concierto fueron dos horas ininterrumpidas de virtuosismo técnico, histrionismo melódico y atención minimalista al detalle (en eso, y en lo numeroso de la formación y el estilo polifónico recuerdan a Arcade Fire, aunque sean grupos totalmente diferentes). Tocaron su último disco Sky Blue Sky casi por completo, y muchas canciones de discos anteriores. Para mi, estos fueron los momentos estelares:
  • Impossible Germany, esta larga canción con tres guitarras nos dejó boquiabiertos a todos los asistentes. Ella solita vale los 34 eurazos de la entrada.
  • Los "ataques epilépticos" del batería en Via Chicago: cuando parecía que iban a caer en la lentitud y la desidia se arrancaba el batería con unos espectaculares solos.
  • La extasis final la puso Spiders (Kidsmoke) ; más que una canción parece una sinfonía, y la interpretación en directo fue impecable.

Conclusión, Wilco es uno de los grandes, y si puedes verlos en directo no te lo pienses; no dejes que los fantasmas de "uf, estos son muy moñas, habrá que ver" te atormenten: no te arrepentirás.

1 comentario:

Quijote Abducido dijo...

Tan sólo un apunte: por lo visto actuaron the Sunday-drivers de teloneros y cantaron 4 tonadillas.