La sociedad polinesia que habitaba la Isla de Pascua desapareció como tal a finales del siglo XVII. Y lo hizo fundamentalmente porque talaron todos los árboles de la isla, y dejaron de tener a su alcance los medios necesarios para mantener su civilización. ¿Es eso lo que nos espera a los habitantes de la Tierra en el siglo XXI, si usamos lo recursos del planeta a un ritmo insostenible? ¿Es el colapso de la isla de Pascua una metáfora válida sobre el futuro de los habitantes del planeta Tierra?
En su anterior obra maestra Guns, Germs and Steel, Jared Diamond explicaba por qué los países que componen la civilización occidental llegaron a dominar el mundo política, cultural y económicamente; Collapse en cambio pretende explicar por qué algunas sociedades se vinieron abajo cuando aparentemente tenían todos los requisitos para tener éxito, enfatizando las causas medioambientales. Diamond analiza ejemplos de estas civilizaciones (los Maya, los Anasazi, los Vikingos de Groenlandia, etc), así como de sociedades actuales que se han visto al borde del abismo (Ruanda, Haití, etc), intentando encontrar pautas comunes que expliquen estos colapsos.
Se trata de un libro amplio y multidisciplinal donde ecología, arqueología, sociología, economía, historia y política se entremezclan con facilidad. Y si bien Diamond se mueve por estos campos con maestría, en algunos momentos llega a ser demasiado detallado. Aunque sea curioso ver como se utilizan excrementos fosilizados de ratas para saber la vegetación dominante en una zona cientos o miles de años atrás, no deja de ser información auxiliar y prescindible, alejada del argumento central del libro.
La organización del libro tampoco me convence, profundizándose demasiado en algunos temas como las metodologías de estudio, o la forma de vida en el estado Montana, y tocando otros de refilón, como la apasionante historia de los Mayas. También hay capítulos (como el de la vida en Los Ángeles) que, si bien interesantes de por sí, no ayudan a contestar las preguntas propuestas por Diamond.
El tono del libro, como no podía ser de otro modo, es pesimista. Un ejemplo: de media, los ciudadanos del primer mundo consumimos 32 veces más recursos que los ciudadanos del tercer mundo (solo basta ver la foto del planeta por la noche). Pero estos últimos aspiran (con razón) a tener un nivel de vida comparable al nuestro. ¿Puede el planeta permitírselo? ¿Podrán los colapsos que han tenido lugar servirnos como ejemplo para evitar nuestro propio declive? Diamond cree que la solución pasa no tanto por confiar en el progreso científico y el aprender de nuestros errores, sino más bien por modificar nuestros procesos de toma de decisiones colectivas, incorporando un horizonte temporal a largo plazo en el mismo. El tiempo lo dirá, pero yo desde luego tengo mucha más fe en nuestros científicos que en nuestros políticos.
En su anterior obra maestra Guns, Germs and Steel, Jared Diamond explicaba por qué los países que componen la civilización occidental llegaron a dominar el mundo política, cultural y económicamente; Collapse en cambio pretende explicar por qué algunas sociedades se vinieron abajo cuando aparentemente tenían todos los requisitos para tener éxito, enfatizando las causas medioambientales. Diamond analiza ejemplos de estas civilizaciones (los Maya, los Anasazi, los Vikingos de Groenlandia, etc), así como de sociedades actuales que se han visto al borde del abismo (Ruanda, Haití, etc), intentando encontrar pautas comunes que expliquen estos colapsos.
Se trata de un libro amplio y multidisciplinal donde ecología, arqueología, sociología, economía, historia y política se entremezclan con facilidad. Y si bien Diamond se mueve por estos campos con maestría, en algunos momentos llega a ser demasiado detallado. Aunque sea curioso ver como se utilizan excrementos fosilizados de ratas para saber la vegetación dominante en una zona cientos o miles de años atrás, no deja de ser información auxiliar y prescindible, alejada del argumento central del libro.
La organización del libro tampoco me convence, profundizándose demasiado en algunos temas como las metodologías de estudio, o la forma de vida en el estado Montana, y tocando otros de refilón, como la apasionante historia de los Mayas. También hay capítulos (como el de la vida en Los Ángeles) que, si bien interesantes de por sí, no ayudan a contestar las preguntas propuestas por Diamond.
El tono del libro, como no podía ser de otro modo, es pesimista. Un ejemplo: de media, los ciudadanos del primer mundo consumimos 32 veces más recursos que los ciudadanos del tercer mundo (solo basta ver la foto del planeta por la noche). Pero estos últimos aspiran (con razón) a tener un nivel de vida comparable al nuestro. ¿Puede el planeta permitírselo? ¿Podrán los colapsos que han tenido lugar servirnos como ejemplo para evitar nuestro propio declive? Diamond cree que la solución pasa no tanto por confiar en el progreso científico y el aprender de nuestros errores, sino más bien por modificar nuestros procesos de toma de decisiones colectivas, incorporando un horizonte temporal a largo plazo en el mismo. El tiempo lo dirá, pero yo desde luego tengo mucha más fe en nuestros científicos que en nuestros políticos.
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