miércoles, 13 de junio de 2007

Pepe World Festival


Ayer tocó el Pepe World Festival: 5 grupos en una plaza de toros. Bueno, cinco pero sólo había dos que realmente me interesaran: Kasabian y The Killers. Y no me defraudaron. Empecemos por el principio.

El festival era en la plaza de toros de las Ventas, y en teoría empezaba a las 17:00 horas. Menos mal que llegamos a eso de las 19:30, porque si no se podía haber hecho bastante largo.

El primer grupo era Triángulo de Amor Bizarro. No sabía mucho del mismo, salvo su nombre molón traducido de la mítica canción de New Order. En fin, como llegamos tarde, sigo sin saber nada. Que se le va a hacer.

El siguiente grupo era Z.A.T.S (Zeno and The Stoics), que también desconocía. Tampoco es que me haya perdido mucho: me pareció un grupo del montón. Correctos y poco más. Lo mejor que se puede decir es que sólo tocaron seis canciones.

Luego, tras una larga espera de 45 minutos, por fin llegó el turno de Kasabian. Tocaron unas 12 canciones, casi todas las de su último disco Empire, y las más famosillas del primero, Kasabian. A mi las que más me gustaron fueron Empire, Club Foot , Reason is Treason y L.S.F, que fue con la que terminaron. El cantante estaba bastante animado, y la gente se lo pasó bien. Pese a todo me quedé con la sensación de que faltaba algo. Supongo que el hecho de que fuera de día todavía y no se notaran bien los efectos de iluminación influye. También me pareció bastante pobre la voz del segundo cantante: pierde mucho en directo. En cualquier caso, gran grupo y gran actuación. A ver cuando sacan el tercer disco.

Después de otra espera de 45 minutos, llegaron los Killers. Dejadme que describa el escenario, porque era llamativo: tenían plataformas de madera cubriendo los protectores, una especie de cornamenta de ciervo gigante delante de uno de los órganos, una barra de madera con un cartel luminoso de “Welcome” delante del otro órgano (y un pequeño esqueleto encima, en plan guiño a Bones), y unas cortinas de terciopelo negras. Todo ello flanqueado por unas curiosas estructuras luminosas que recordaban a las velas de las iglesias. Muy simpático y orignal.

Empezaron tocando Sam’s Town, y la gente lo flipó. La puesta en escena fue increíble, y la ejecución musical impecable. El Brandon Flowers (que así es como se llama el cantante) canta igual de bien en directo que en estudio, y se movía con mucho ritmo de arriba abajo del escenario. Pena que fuera un poco soso y no buscara la participación del entregado público madrileño. Luego tocaron sus -para mí- mejores canciones: Bones, Somebody Told Me, Read My Mind, Jenny Was a Friend of Mine, Mr. Brightside…Para mi gusto gastaron los platos fuertes demasiado pronto, aunque al ser todas sus canciones tan buenas no bajó tanto el nivel (se guardaron All These Things I’ve Done para el final, y tampoco fue mala elección). En fin, que sólo por ver a los Killers me compensa haber pagado el pastón de 57 Euros (sí, sí, has leído bien: ¡Cincuenta y siete!)

Por último, pasados los 45 minutos de rigor, llegó el turno de los Smashing Pumkins. En realidad yo no tenía demasiado interés por verlos. No es ni mucho menos mi grupo favorito, y ya era bastante tarde y estaba bastante cansado. Pero claro, ya que estábamos allí había que aguantar. Lo mejor fue la luminotécnia y los watios que le echaron al espectáculo audiovisual. Sólo por eso mereció la pena la espera. Cuando empezaron a tocar resultaban ruidosamente impactantes. No era una experiencia del todo desagradable. De todos modos a las 4 o 5 canciones se hacían bastante monótonos. Es muy cansina la voz del tío, abusan de los punteítos guitarreros, y son muy similares todas las canciones. Además estuvieron pre-presentando el disco que sacan el mes que viene y no conocía casi ninguna canción. Si a todo esto le unimos la luz de los focos directa a la cara (nota: no conviene ir a un concierto el día después de que te dilaten las pupilas en el oculista) creo que fue inteligente la retirada táctica que hicimos.

En conclusión, el festival estuvo bastante bien y los grupos que fui a ver dieron ampliamente la talla. Eso sí, las esperas se hacen eternas, sobre todo teniendo en cuenta que por alguna misteriosa normativa no dejaban vender alcohol y tuve que beber cerveza sin ( ¡ya sé porque la peña se estaba tajando a las siete de la tarde en las afueras de la plaza!).

Fotos (c) Antonio 2007. Puedes verlas todas aquí.

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