El resultado es lo de menos. Lo importante es que -tras sólo dos años- hemos salido del pozo. Y lo hemos hecho con solvencia y autoridad, sin perder ningún partido en las eliminatorias, y superando los malos augurios de la lesión de Javi Moreno y el bajón de juego y resultados en el último mes de la temporada regular.
Ahora a disfrutar, y a hacer bien las cosas para subir a la categoría que por solera, afición y ciudad se merece el equipo: la Primera División. El gran bloque existente, el buen hacer de la directiva (sobre todo manteniendo a Escalante cuando amplios sectores de la grada se le echaban encima), y lo volcada que está la afición con el equipo (más de 16.000 personas fueron al Nuevo Arcángel a ver el partido de ida) me hacen ser optimista.
Poco me queda por decir; una pena no poder estar esta noche en las Tendillas compartiendo la alegría de los cordobeses. ¡Enhorabuena a todos!
Para bien o para malMi corazón siempre será
Blanco y verde, blanco y verde...Córdoba
Blanco y verde, blanco y verde...Córdoba
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