domingo, 28 de septiembre de 2008

Solaris

"Lo que necesitamos son espejos. No sabemos qué hacer con otros mundos. Un solo mundo, nuestro mundo, nos basta, pero no nos gusta como es. Buscamos una imagen ideal de nuestro propio mundo"


Solaris orbita alrededor de dos estrellas, pero no lo hace siguiendo la ley de la gravedad, como se espera de todo planeta educado. Hay sutiles diferencias que permiten que, teóricamente, los efectos de los cambios gravitatorios producidos por la interacción de los dos soles no impidan el desarrollo de vida. Décadas de investigación concluyen que es el océano --o algo parecido a un océano, formado por materia orgánica--el responsable de estabilizar la órbita del planeta. Pero, ¿puede estar vivo un océano? ¿es posible "comunicarse" con él?

En este género de la Ciencia Ficción, tan dominada por los escritores anglosajones, se agradece el refrescante enfoque de Stanislav Lem, con su lirismo...


"Un resplandor insoportable avanzaba por el horizonte, persiguiendo a un ejército de sombras espectrales que se levantaban entre las olas y se alargaban hacia la estación. Amanecía."


...y su aproximación oblicua, algo escéptica, a la exploración cósmica:


"El hombre se había lanzado al descubrimiento de otros mundos y otras civilizaciones, sin haber explorado íntegramente sus propios abismos, ese laberinto de oscuros pasadizos y cámaras secretas, sin haber penetrado en el misterio de las puertas que él ha condenado"


En lo que sí participa Lem con otros escritores de ciencia ficción es en la competición constante por crear una forma de vida alienigena lo más alejada posible de nuestra experiencia, pero que consiga de alguna forma que conectemos con ella. En Solaris, el contacto se produce a través de la externalización de los fantasmas, sueños --y pesadillas-- de los protagonistas.

No esperemos batallas espaciales, o trepidantes aventuras tecnológicas. Toda la acción se desarrolla en una modesta estación de investigación, rodeada de un mar aparentemente indiferente y sus extrañas estructuras. Es aquí donde los humanos investigan al océano (¿o es al revés?) intentando derribar las barreras imposibles a la comunicación.

Solaris es una crónica de la obsesión del ser humano por comprenderlo todo. Obsesión que, a veces, puede ir demasiado lejos...

1 comentario:

Quijote Abducido dijo...

Vaya,no tengo suerte. Yo que andaba buscando una trepidante aventura tecnológica para disfrutarla oblicuamente. Buena crítica.