viernes, 7 de diciembre de 2007

Relatos del piloto Pirx


De los cinco relatos que conforman este libro, sólo he podido leer tres. Aparecen 30-40 páginas repetidas sustituyendo a las que deberían salir; suficientes para estropearme el final de una historia y el principio de la siguiente (si te quieres comprar la edición de bolsillo de Alianza Editorial ya sabes, revísala primero). Aún así, los tres relatos restantes sirven para hacerse una idea de como escribe el polaco Stanislaw Lem, seguramente el escritor no anglosajón de ciencia ficción más conocido.

En la prueba, el novato y patoso cadete Pirx se enfrenta por primera vez al vuelo espacial en solitario. Con el paso de las horas, se da cuenta de que a lo mejor no está tan sólo después de todo:

"Suena como...una mosca atrapada en un vaso", pensó algo perplejo, pasando una mirada escrutadora de reloj en reloj...y de repente la vio.


Sus inesperadas compañeras le dan el viaje, consiguiendo un efecto cómico y esperpéntico que el lector agradece.

La patrulla, pese a las similitudes aparentes, es un relato totalmente diferente. El ya avezado Pirx tiene que patrullar por un aburrido sector del espacio investigando las desapariciones de algunos compañeros de profesión. La soledad e inmensidad del espacio y la monótona rutina convierten el viaje en algo soporífero...hasta que deja de serlo.

Reflejo condicionado es sin duda la mejor historia del libro. Aquí volvemos a ver a Pirx como estudiante, y tras superar con maestría una prueba psicológica es enviado a la luna a investigar la misteriosa muerte de dos científicos. El argumento recuerda un poco a algunos de los clásicos cuentos detestivescos de Asimov (Bóvedas de Acero, por ejemplo). Además, está muy bien escrito, fortaleciendo la historia con detalladas descripciones que facilitan ponerse en el traje espacial de Pirx. Así describe Lem un paseo por la luna:

"La escasa gravedad lunar permitía al material rocoso adoptar formas de pesadilla, capaces de persistir durante siglos [...]. Los blancos bloques de piedra pómez, al elevarse como globos al contacto con el pie, y los pesados trozos de basalto, al rodar con extraordinaria lentitud y precipitarse sin producir ruido alguno, como si fuesen fruto de un sueño, potenciaban aún más la sensación de irrealidad e inverosimilitud de aquel paisaje."


Los relatos de Pirx son una excelente muestra de ciencia ficción "dura", con una fuerte base científica y una gran credibilidad. Un ejemplo más de que el relato es la forma natural de comunicación de la ciencia ficción. El único pero, junto al mencionado desastre editorial, es los pocos descansos que aparecen en el texto, forzándote a dejar la lectura en lugares poco agradables.

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