
La novela abarca la práctica totalidad del siglo XX, con los conflictos políticos -primero entre las diferentes etnias del Imperio Otomano, luego entre Árabes e Israelíes- como trasfondo. Pero no es una obra de historia. Este pequeño pero profundo libro trata sobre el destino y la capacidad del individuo para determinar su futuro: de como encuentros fortuitos marcan el curso de una vida, y de como decisiones súbitas pueden hacer que lo perdamos todo.
El autor transmite su profundo amor por una tierra maldecida por el odio y la intolerancia, con un paralelismo claro entre la trágica vida de Ossyane y la maltratada región en la que se enmarca su historia: breves períodos de felicidad se flanquean por eventos desagradables, motivados más por la envidia y el odio entre hermanos que por diferencias de religión o cultura. Aún así, no resulta difícil entrever que esta mezcla de sangre -turca y armenia, judía y árabe- simboliza la esperanza de que, algún día, los enfrentamientos ancestrales del Levante puedan solventarse.
El libro está muy bien escrito, pero no tiene la entidad de Leon el Africano o Samarcanda, las obras principales de Malouf; la historia es relativamente plana alternando picos de suspense e incertidumbre con períodos de apatía. En cualquier caso el autor consigue mantener la tensión, y por poco que nos descuidemos, nos daremos cuenta de que se nos han acabado las páginas...
2 comentarios:
Sobre: "...un nombre debe ser una página lo más en blanco posible, para que la persona escriba en ella durante su vida lo que quiera escribir"
1)¿Seguro que es un Nombre?
2)De 0-10, ¿Cómo de molón es el libro?
1) Efectivamente, es un nombre. Si tus padres te llaman "Edefesio" o algo así, ya empiezas la vida con un handicap importante!
2) Un 7 o así. Merece la pena
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