domingo, 25 de mayo de 2008

On Off

"I believe that the world belongs to the Devil. I believe that the Devil is infinitely more powerful than God. And the soldiers of goodness, if not of God, are losing the war."
Las mejores novelas de misterio son aquellas que juguetean con el pobre lector, como si éste fuera un ovillo de lana en manos de un gatillo travieso. Cuando crees que ya has adivinado que el asesino es el mayordomo, ¡zaas!, zarpazo y vuelta a empezar. Así me he sentido yo con On Off, la incursión dentro del mundo del crimen de Colleen McCullough, la creadora de la serie de Masters of Rome, la mejor sucesión de novelas de romanos que conozco.

On Off está ambientado en Connecticut en los años 60, cuando de forma accidental se encuentra el cadáver mutilado de una joven, listo para ser incinerado, en una nevera de un centro de investigación médico. El descubrimiento, y la sucesión de nuevos asesinatos en circunstacias similares, traerá de cabeza al detective Camine Delmonico, el incisivo protagonista de la historia.

Los sospechosos van apereciendo sucesivamente, con la exquisita caracterización ya habitual en McCoulough:
"Adison Forbes, Carmine had decided within a very few moments, was a complete neurotic. He sported a sinewy, gaunt leanness that suggested an exercise freak with vegetarian tendencies..."
Científicos neuróticos y maniáticos, secretarias obsesivas e inseguras, técnicos de laboratorio con extrañas costumbres...van desfilando ante nuestros ojos, todos ellos con un caparazón de normalidad pero con los suficientes lados oscuros como para ser considerados sospechosos. Delmonico sigue entrevistando sospechosos y buscando pruebas desesperadamente. En vano, hasta que:
"Now that he had taken to calling the killer a ghost, some corners and crevices in his mind has shifted to permit faint rays of light down their depths"
El ritmo de la novela es fluido, y sus algo más de 400 páginas se pasan con rapidez. Como lado negativo, quizá sobran algunas historias paralelas que aportan poco al argumento global y lo único que hacen es despistar (más) al ya confuso lector. No importa; no soy un gran fan del género detectivesco, pero reconozco que de vez en cuando viene bien ponerse en la piel de un intrépido policía intentando resolver un puzle con escasas piezas. On Off cumple sobradamente este objetivo.

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