martes, 25 de diciembre de 2012

Welcome to the Greenhouse

"In the long run, all that was not sustainable was not sustained"
Hace unos días Daniel Kramb publicaba una entrada en el fantástico blog de libros de The Guardian criticando el (escaso) papel que la ciencia ficción juega en el análisis del cambio climático. Y no le falta razón.

Una de las grandes fortalezas de la ciencia ficción como género literario es su capacidad de analizar como reaccionaría el ser humano ante escenarios futuros más o menos plausibles, enfocando el problema desde puntos de vista diferentes y, con suerte, permitiendo al lector aprender algo sobre sí mismo y los retos que le esperan a la humanidad.

Un ejemplo claro de esa labor divulgativa de la ciencia ficción ocurrió en los años 80 y 90 con el CyberPunk, cuando escritores de la talla de William Gibson o Neal Stephenson anticiparon los radicales cambios sociales que los ordenadores e Internet ocasionarían pocos años despues (ya conocerás, supongo, con qué habilidad predijo el iPad Stephenson en Diamond Age).

No hay duda (por lo menos, entre la gente que tenga un mínimo respeto a la ciencia--no considero ni a creacionistas ni a escépticos climáticos en esta categoría) que el calentamiento global es una de las grandes amenazas a las que se enfrenta la humanidad en este siglo XXI. Pero al tratar este tema la ciencia ficción no parece que esté a la altura. Es cierto que hay grandes obras como The Windup Girl que dibujan un futuro catastrófico (y creíble) y que han tenido gran reconocimiento en el género, pero, ¿dónde está esa obra universal que conciencie a la sociedad del problema al que se enfrenta?  Orwell nos alertó con brillantez de los males del totalitarismo, ¿quién podrá hacer algo equivalente con el calentamiento global? 

A falta de obras mayores, Welcome to the Greenhouse, la colección de relatos cifi sobre calentamiento global publicada en 2011, ofrece a los aficionados al género algo que llevarse a la boca: 18 historias más o menos brillantes (me quedo con Farmearth de Paul di Filippo y con Eagle del gran Gregory Benford) de escritores consagrados como Bruce Sterling o el propio Benford y otros escritores más noveles. El balance de la colección es agridulce, combinando ideas originales (a mayor CO2, mayor crecimiento de las plantas, mayor oxígeno e insectos mucho más grandes) con otras más previsibles (sí, el nivel del mar sube y hay que mudarse al interior). 

Aún así la labor de Gordon Van Gelder como antologista es encomiable, y es de esperar que en los años venideros,  a medida que el problema se vaya haciendo más tangible, surjan nuevos relatos y novelas que vuelvan a colocar a la ciencia ficción en ese lugar que le corresponde: anticipando retos y problemas, proponiendo soluciones y forzando el debate.

6/10

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