martes, 26 de agosto de 2008

Escalando en Patones


Patones, que gran sitio para escalar. Cientos de vías de todos los niveles, sombra todo el día --ya sea a un lado o a otro-- y piedra caliza más divertida (al menos para mi) que el granito de la Pedriza.

Echamos allí todo el día: escala que te escala por la mañana, descanso al mediodía para bocatas y un melocotón, bajada al bar, clarita, y al otro lado del cañón a hacer un par de vías más huyendo del asfixiante sol.

Grandioso día de escalada. Aquí podéis ver las fotos.

Malta - A Panoramic History

El liliputiano archipiélago de Malta (316 km2) tiene una riqueza histórica muy superior a lo que su tamaño podría justificar.

Ubicado en el centro del Mediterraneo, en la unión de Oriente y Occidente, Europa y África, el territorio maltés ha sido controlado por las principales potencias militares del momento.

En este pequeño y ameno libro, el escritor local Joseph S. Abela nos lleva de una a otra época con rapidez, mostrándonos la huella que cada una de las civilizaciones dejaron sobre las islas.

Lo hace con un lenguaje crítico --aunque rimbombante--, rompiendo alguno de los mitos arraigados en el folclore popular maltés: el naufragio de San Pablo, que supuestamente sembró la semilla del cristianismo, se muestra más como una historia conveniente introducida por los Caballeros de San Juan que como un hecho histórico; el legado de los árabes en las costumbres y lenguajes de las islas, ninguneado por los cristianos posteriores (y por muchos de los habitantes actuales), es difícil de ocultar a cualquier visitante moderno.

Incluso los míticos caballeros de la Orden de San Juan, idolatrados como los padres de la actual Malta, fueron una elite aislada de la población local, que vivían de la piratería y del tráfico de esclavos.

Tampoco romanos, bizantinos, aragoneses, franceses o ingleses salen bien parados de este libro. Todos, cada uno a su manera, explotaron a los nativos para su propio beneficio.

Malta, A Panoramic History, pese a algunos fallos obvios (¿la península francesa?), omisiones (Mizzi) y una edición no muy bien cuidada, es una buena introducción a la rica historia de las islas maltesas.

Mejor leérselo antes de visitar Malta (si lo encuentras, claro), y poder así descubrir el peso de la historia en cada m2 del archipiélago.

martes, 19 de agosto de 2008

Buceando en Tarifa

Tarifa es la meca del surf y el kite, pero no es demasiado conocida por su buceo. Normal.

Isla Paloma —el extremo más al sur de Tarifa y de España, dentro del parque natural del Estrecho—es el lugar donde se desarrollan las inmersiones.

Aguas frías (demasiado: 16º en agosto se hace muy duro), turbias y con abundantes corrientes reciben al buceador con hostilidad. Aún así, lo que te puedes encontrar bajo el agua compensa la ingratitud del océano: peces, muchos peces (no es complicado cruzarse con meros, morenas y congrios en una misma inmersión) y pecios como el San Andrés, de los que se hundieron de forma accidental y no fueron plantados en el lecho marino como atracción turística—pena que no pude verlo por no tener todavía el B2E (¡ya queda poco!).

El centro de buceo YellowSub Tarifa es de los mejores que he visto en mi corta carrera como buzo, con material muy cuidado de primera calidad, guías experimentados y la comodidad de tener trayectos en barco inferiores a cinco minutos hasta el sitio de inmersión.

Si no vives cerca no creo que merezca la pena ir a Tarifa exclusivamente a bucear. Pero si estás por allí, y una noche al saborear tu mojito decides que no tienes ganas de ir a la playa el día siguiente, pocas cosas mejores puedes hacer con tu tiempo.

domingo, 17 de agosto de 2008

V

Viendo que me iba a Malta de vacaciones, un amigo me dijo "Santi, llevaté este libro. Se desarrolla en Malta, y seguro que te gusta." Acertó...pero sólo en parte.

Personajes misteriosos conspirando en oscuros callejones o en glamurosos cafés por los intereses de su país.

Un grupo de protohippies vividores explotando la escena neoyorkina en la postguerra.

Una joven judía sacrifica todo para poder operarse la nariz y acercarse a los estándares estéticos americanos.

Una bailarina parisina, un líder racista en Sudáfrica, un músico de jazz alcohólico, un revolucionario venezolano, bandas callejeras portorriqueñas, prótesis dentales, ojos de cristal… ¿qué es V?

V es mucho más que todo eso. Novela histórica, de espionaje, drama social, comedia absurda, ensayo filosófico, historias diferentes vinculadas entre sí por el tenue rastro que van dejando algunos personajes comunes en búsqueda de la elusiva V.

Se dice que la realidad supera a la ficción. Puede que sea cierto; pero las disparatadas escenas que salen de la pluma de Thomas Pynchon revocan esta teoría (o el autor ha tenido una vida mucho más interesante que la mayoría de nosotros): la caza de cocodrilos albinos en las alcantarillas de Nueva York, patéticos intentos de suicidio más cómicos que otra cosa, orgías salvajes en medio del caos político y social…

Difícil de leer, con lenguaje en ocasiones excesivamente rebuscado, y la necesidad perenne de tener el diccionario a mano (y la pregunta incesante en la mente del lector de ¿dónde está el dramatis personae?), V no es libro ideal para la tumbona playera. Lo veo más en las frías tardes de domingo en invierno, cuando anochece rápido y dedicarle varias horas seguidas de concentración surge de forma natural.

Aun así, el esfuerzo se ve recompensado, entre otras cosas, con un virtuosismo de palabras que convierte a personajes y situaciones en algo cercano y mundano:

"Maijistral stood there neither aggresive nor humble, merely existing: whitening hair, unkempt mustaches. A nervous tic in the man’s upper lip made the food particles trapped there vibrate disturbingly."

Me quedo con la impresión de que cada párrafo de V ofrece segundos y terceros sentidos, agazapados a la espera de que un inteligente lector las saque a la luz. No soy yo esa afortunada persona. Tendré que esperar a que alguien haga una tesis doctoral sobre el mismo.